El rubro de los suplementeros en Ñuble ha sido uno de los más golpeados a causa de la crisis económica derivada del Covid-19. En su mayoría adultos mayores y con enfermedades de base. No más de 15 de los 33 socios que actualmente integran el Sindicato de Suplementeros de Ñuble, ha logrado abrir esporádicamente sus quioscos en los últimos siete meses.
Lo anterior, sumado a la poca familiaridad de sus socios con el uso de plataformas digitales, fue lo que llevó a sus dirigentes a buscar apoyo en la Seremi de Desarrollo Social y Familia para postular al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), beneficio que actualmente están recibiendo 16 de los 30 que postularon al beneficio.
“Nosotros, como suplementeros, la mayoría de nuestros socios de tercera edad, no cabíamos en ninguna parte, no había ninguna posibilidad, no nos llegaban ni cajas ni bonos, nada, así que empezamos a golpear puertas, hasta que llegamos a una reunión con la Seremi de Desarrollo Social”, explica Mario Muñoz, secretario del sindicato. “Nos postularon a todos al Ingreso Familiar de Emergencia, a las posibilidades de tenerlo, y bueno, no todos calificaron como tal, pero en todo caso, nosotros, como dirigentes, tenemos que agradecer la gestión, porque no fueron más de 24 horas en las que realizamos el trámite”, agrega el dirigente.
La seremi de Desarrollo Social, Doris Osses, expresó que desde que se implementó este beneficio del Gobierno para apoyar a las familias más afectadas en sus ingresos a causa de la pandemia, “hemos desplegado esfuerzos adicionales, tanto para capacitar a dirigentes de todo Ñuble como para acercar los trámites a las familias y asistir a quienes lo requieran. Es así como nos reunimos con el presidente de los suplementeros de Chillán, para poder orientarlos en esta postulación, son 33, no todos ellos requerían del apoyo, así lo declararon algunos, pero al menos 16 pudieron ser beneficiarios del IFE”, destacó la autoridad.
Patricia Vallejos, una de las socias más antiguas del sindicato, posee su quiosco en las inmediaciones del Mercado de Chillán y ha logrado trabajar con un permiso especial estos meses; sin embargo, asegura que “la pega ha estado pésimamente mala, al menos el rubro de nosotros, nos alcanza para darnos vuelta y nada más”. Es por ello que el Ingreso Familiar de Emergencia le ha sido de gran utilidad para cubrir los gastos básicos del hogar. “Obviamente me ha ayudado, para la luz, el agua, seguimos viviendo igual, pero me ha ayudado bastante porque son ingresos que yo no tenía, y con eso nosotros hemos podido costear algunos gastos, así que en ese sentido para mí ha sido ayuda,” confiesa.
Marcela Correa es jefa de un hogar de seis integrantes, ubicado en el 40% de mayor vulnerabilidad socioeconómica, de acuerdo a su Registro Social de Hogares (RSH), y es una de las socias que ha recibido los mayores montos del beneficio, con un aporte mensual de 531 mil pesos. Sin embargo, asegura que ese dinero, en parte, lo está reservando para empezar de cero, ya que en mayo pasado sufrió el robo de la mercadería de su quiosco ubicado en calle 5 de abril. “Tengo la platita en stand bye, por lo mismo, porque tengo miedo a que me roben, porque si yo no estoy allá, no puedo tener cosas, así que estoy esperando para rearmarme de nuevo”, comenta.
En la Región de Ñuble más de 112 mil hogares han recibido el quinto pago del Ingreso Familiar de Emergencia, beneficio que comenzó a implementarse a fines de mayo y que contempla un sexto aporte, a pagar a fines de octubre.