La región tiene un historial poco grato en materia de presuntas desgracias. Pese a que en Ñuble se ha mantenido en los últimos años con un promedio de 500 denuncias de esta naturaleza al año, y que en su mayoría se resuelven sin mediar operativos policiales, ha habido otras circunstancias en las que sí se ha requerido de la búsqueda por parte de Carabineros, PDI, Bomberos y cuadrillas municipales, aveces con buenos resultados. Y otras veces, no tan buenos.
Solo entre los meses de junio y agosto, a través de los medios de comunicación locales e incluso nacionales, se ha hecho seguimiento a casos como el de una menor de 16 años que se desapareció en la comuna de San Carlos, luego de salir de su casa a hablar por teléfono; el extravío de un trabajador social perteneciente a la Municipalidad de Chillán Viejo, visto por última vez cuando abordó un colectivo cerca de su casa en Chillán, el pasado 2 de junio; y además, el día de ayer se suma la búsqueda de un hombre de 77 años, a quien se le busca con perros y helicópteros de la PDI, en Coelemu.
La encargada de la Oficina de Presuntas Desgracias de la 2ª Comisaría de Chillán, Lilian Fuentes, explica que “este 2021, la unidad mantiene en vigencia siete presuntas desgracias por extravío de personas, casos que fueron abordados con el protocolo institucional establecido en el 2002 con la creación de la Sección de Encargo de Personas de Carabineros, a nivel nacional”
La funcionaria menciona también que como unidad, “mantenemos dos casos históricos, del 2015 y 2016 respectivamente, dos personas adultas, de las que no se obtuvieron resultados positivos para cerrar el ciclo de la investigación; con ellos la cifra de casos vigentes asciende a nueve”.
Pese al promedio histórico de Ñuble, este año Carabineros ha recibido 107 denuncias por presunta desgracia, incluyendo la del exsubdirector de Gendarmería, Freddy Larenas, quien días después fue hallado sin vida, en un predio rural en la comuna de San Carlos.
Los emblemáticos
Dentro de los casos que hicieron historia por sus trágicos finales, el más reciente obedece al femicidio de la vecina de Ninhue, Carolina Fuentes, quien estuvo extraviada por cuatro meses, entre junio y octubre del 2020, para ser hallada, finalmente, en la ribera del río Ñuble. Carolina había sido asesinada mediante golpes con objetos contundentes y presentaba señales de asfixia. Actualmente, la persona con quien mantenía una relación sentimental ha sido sindicada como el principal sospechoso del femicidio, por lo que se encuentra en prisión preventiva.
En 2018 también hubo un contundente operativo de búsqueda para dar con el paradero de Idimia Baro, una vecina de Coihueco, de 36 años, quien estando embarazada desapareció en julio de ese día, sin señal de intervención de terceras personas, en el río Coihueco.
No menos impactante fue el caso del joven chileno-francés, Benjamín Bories, asesinado en 2012. El joven de 25 años, quien había sido adoptado al poco tiempo de nacer, decidió viajar a Chillán para conocer a su familia real, siendo asesinado por razones sentimentales por un familiar político, quien tras matarlo a golpes, lo envolvió en una frazada y lo arrojó al río Cato. Su desaparición se constató en julio de ese año para ser encontrado en agosto, luego que el agresor confesara y se entregara a la PDI.
También fue en junio de 2016 cuando se presentó una presunta desgracia por la desaparición de Miguel Angel Melgarejo quien tras una búsqueda policial, por redes sociales y con cobertura mediática, fue encontrado enterrado y degollado en el sector de Quilmo, en agosto de ese año. El autor del homicidio fue un hombre de 44 años, con quien mantuvo una relación.
Atención con la primavera
Para el sicólogo clínico Carlos Pincheira, “entendiendo que una presunta desgracia no son necesariamente casos de personas que decidieron tomar decisiones drásticas, sí podemos decir que los cuadros de depresión se tienden a agudizar más en meses como septiembre u octubre, con la llegada de la luz. Por eso, me atrevería a decir que en Ñuble se concentren tantos casos entre junio y agosto, puede ser solo casual”.
Añade que el Ministerio de Salud ha dispuesto de múltiples atenciones en todas las regiones del país para que se atienda a personas con casos de depresión o angustia, especialmente en esta época de pandemia, la que ha significado encierros prolongados, alteraciones a la vida cotidiana, desempleo y crisis económica.
“Todos esos factores, que para personas sin mayores problemas de salud pueden parecer menores, para quienes padecen de alguna crisis pueden ser gatillantes. La clave es estar atento, acompañar y, en lo posible, tratar esos casos”, remarca.
