A lo largo de su historia, la Universidad de Concepción no solo ha sido capaz de adaptarse a las circunstancias y a los cambios que ha experimentado la sociedad, sino que ha sabido cumplir un rol estratégico en los diferentes territorios donde desarrolla su actividad de formación e investigación, brindando espacios para la generación de conocimiento, haciéndose parte de los procesos políticos y sociales, empujando el desarrollo y promoviendo valores democráticos.
La crisis sanitaria ha impactado el normal funcionamiento de la sociedad y, por supuesto, de las instituciones educativas, exigiendo un esfuerzo colectivo de adaptación, innovación, cooperación y responsabilidad social. No cabe duda que ha sido una etapa difícil para la UdeC, pero también es justo reconocer que la ha fortalecido en su rol de universidad pública comprometida con la sociedad, generando instancias para la discusión de ideas en un contexto en que el país necesita repreguntarse por su modelo político y económico, como también entregando diferentes respuestas para enfrentar la crisis sanitaria.
La plataforma Foro Constituyente ha generado espacios de análisis y diálogo en torno al proceso constituyente y la construcción de una sociedad más justa. De igual forma, la casa de estudios ha implementado más de 50 iniciativas activas que apuntan a atender las necesidades de la ciudadanía frente a la pandemia. Primero fue la realización de exámenes clínicos para diagnosticar el covid-19 y la implementación de la Unidad de Telemedicina para evaluar el riesgo de contagio, que en semanas logró más de un millón de visitas de personas de Chile y de otros 144 países. Luego vino el hospital modular que se instaló en el Campus Concepción, el desarrollo de un ventilador mecánico, en colaboración con Asmar, el inédito monitoreo de las aguas servidas para la detección del coronavirus en Chillán, y el trabajo asociativo con otras casas de estudio y con el Gobierno, entre otras importantes iniciativas de 2020. Este año, en tanto, la enorme contribución que significa el test de aire espirado ya es realidad, lo mismo que una investigación pionera –y muy necesaria- que permitirá secuenciar genéticamente el covid-19 y así identificar las diferentes cepas presentes en el territorio.
Igualmente, debe destacarse el gran esfuerzo desplegado en la educación a distancia, un proceso que debió acelerarse para enfrentar el confinamiento de académicos y estudiantes, y que ha significado una importante inversión, tanto en materia de soporte como en accesibilidad para aquellos alumnos vulnerables que no contaban con conectividad. Sin duda, se trata de una modalidad de enseñanza y trabajo que llegó para quedarse y que se refuerza con la instalación de la RED 5G en los tres campus universitarios (Concepción, Chillán y Los Ángeles).
Al mirar los 102 años de historia de la Universidad de Concepción se comprueba que en cada crisis y en cada proceso transformador, ha ratificado su esencia pública, comprometida con la evolución de la sociedad, jerarquizando no solo la enseñanza y la investigación, sino también la conexión con los problemas y necesidades de la comunidad y sus potencialidades de desarrollo económico y social.
