Los habitantes de Huape, Huechupín, Quinchamalí y Confluencia no bajan los brazos para evitar que nuevos proyectos de chancadoras se instalen en el entorno del río Ñuble.
Es por esta razón, que hoy levantaron nuevamente sus consignas para impedir que dos iniciativas lideradas por empresas de áridos se ejecuten en Huape y Quinchamalí.
Los vecinos acusan que la operación de cinco chancadoras ya existentes en el sector, afectan el entorno natural. Sostienen que los caminos se destruyen por el tránsito de camiones, causan ruidos molestos y atentan con la imagen turística y cultural que posee la localidad alfarera.
La coordinadora de la Asociación de Defensa del Entorno Ecológico Patrimonial del sector Poniente, Ghislaine Vallejos, espera que las autoridades logren respaldar sus demandas.
“Es una mega desprotección a las alfareras, quienes en marzo fueron denominadas patrimonio inmaterial de la humanidad y en febrero ya había ingresado un proyecto de 400 hectáreas en Quinchamalí de extracción de áridos. Entonces, es una inconsecuencia”, dijo.
Los habitantes alegan que no se considere la participación ciudadana en la tramitación de las iniciativas, por lo que piden dar marcha atrás.
“Queremos que el municipio no otorgue las patentes y que los proyectos puedan ingresar de nuevo para una participación ciudadana, porque éstos destruyen la biodiversidad, el patrimonio alfarero, hasta los peces mueren, por el polvo sílice, que por lo demás, ya no tenemos, tampoco tenemos cisnes, entonces, más que una molestia defendemos una forma de vida. En los mismos 12 kilómetros donde ya tenemos cinco plantas, se quieren instalar dos nuevos proyectos”, sostuvo.
