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La amistad de cinco años que unió al folclorista Osvaldo Alveal con Violeta Parra

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Hace una semana, Chillán se despertó con la triste noticia de la partida del folclorista Osvaldo Alveal. En enero pasado, la Municipalidad de Chillán lo había distinguido con la Medalla Claudio Arrau por su aporte a las artes, la fundación del Festival Nacional del Folclor, la creación del Ballet Folclórico Municipal y su incansable labor por los derechos humanos, acompañando con su canto a las agrupaciones de familiares de detenidos desaparecidos y víctimas de la dictadura.

El año pasado había sido parte de los homenajes a los caídos en dictadura en el marco de la conmemoración de los cincuenta años del golpe militar y compartió escenario en el Puente El Ala con Víctor Heredia.

Pero sin duda, lo que más llama la atención de su dilatada carrera artística fue su amistad con Violeta Parra Sandoval. En innumerables entrevistas con este medio, Osvaldo repasó una y otra vez este lazo que se rompió el 5 de febrero de 1967, cuando Violeta decidió quitarse la vida en su carpa de La Reina, en el mismo local en donde Osvaldo tocó invitado por su amiga y compañera de guitarras.

“La conocí en 1962 gracias a René Largo Farías (locutor radial y gestor cultural). Él me invitó a participar en el programa de difusión folclórica Chile Ríe y Canta, porque yo había partido haciendo lo mismo que Violeta, cantando canciones recopiladas. En esa primera invitación en el Teatro Cariola, me bajé del escenario y estaba ella. Me preguntó de dónde yo era, le dije que de Chillán y me contestó que entonces éramos vecinos porque ella venía de San Fabián de Alico”, recordó Osvaldo junto a La Discusión hace algunos años.

“Luego de eso, nos invitaron a giras por el norte y sur del país y luego se siguió en las primeras campañas del Chicho Allende. Casi todo su trabajo lo hizo en la Provincia de Ñuble, en el Barrio Villa Alegre de Ultraestación; ella vivió ahí prácticamente hasta los 14 años y siempre se autodenominó chillaneja. Se fue a esa edad a Santiago, cuando se la llevó Nicanor para que fuera a estudiar a la Escuela Normal de Santiago. Pero ella siempre siguió viniendo para hacer su trabajo de recopilación por los campos”, relataba.

Osvaldo Alveal se enteró de la noticia de la muerte de la folclorista en 1967 y de inmediato decidió estar presente en los funerales, recordando que el lugar estaba desbordado de gente. De hecho, así lo dejó el folclorista registrado en unas décimas en honor a su amiga artista. “Bendita la concurrencia que nos ha venido a ver. Pa’ conocer las vivencias de tan mentada mujer. Dicen que nació en San Carlos, yo digo que en San Fabián, pero su infancia primera vio su alborada en Chillán, descubriendo los misterios de la danza y el cantar”.

Osvaldo durante los últimos años defendió, además, la tesis de que Violeta Parra nació efectivamente en San Fabián de Alico y no en San Carlos, como algunos postulan. “Me lo dijo, y siempre lo dijo; Violeta era de San Fabián”

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